Se trata del Ing. Agr. Diego Pérez, asesor CREA, quien trabaja con productores que usan FieldView desde hace tres años. Dice que la adopción seguirá creciendo en forma acelerada.
Muy joven, a poco de haberse recibido en la facultad, Diego Hugo Pérez se inició en el asesoramiento a empresas agropecuarias de punta. Por eso, con 40 años, este ingeniero agrónomo es desde hace ya 15 asesor técnico del CREA Gálvez y desde hace 12 del CREA Las Petacas, ambos en el centro y norte de la provincia de Santa Fe.
Consciente de que su labor profesional debe aportar el conocimiento para que la toma de decisiones de los productores sea la más eficiente, Pérez ha incursionado en los últimos años en la incorporación de las herramientas de agricultura digital a su paleta de servicios.
“Creo que cada una de las empresas va sorteando dificultades y a medida que va aprendiendo y resolviendo problemas allana su ingreso a la agricultura digital, conformada por una mega cantidad de información a campo disponible, que se puede analizar en breve tiempo, y que permite ser cada vez más eficiente”, reconoció Pérez, en diálogo con AgroEvolución, el podcast de FieldView, que puede escucharse en Spotify.
Al principio, el gran desafío AgTech fue disponer de masa crítica y de productores interesados en convertirse en “conejillos de india”, según los califica el asesor, para ver el comportamiento a campo de estas herramientas de tecnología agrícola”.
“Tuve la suerte de trabajar con productores a los que les gustaba el desafío. Hoy está bastante aceitado su uso y desde el punto de vista profesional me genera mucho valor. Ahora, cada punto del lote tiene su georreferencia, rendimiento e historia, con una nube de datos mucho mayor”, explicó.
La incorporación de FieldView, la plataforma de agricultura digital de Bayer, entre los productores que asesora, terminó de darle fundamento a su afirmación, de la que está convencido.
Pérez recuerda que luego de un viaje con 10 empresas agrícolas del movimiento CREA a Estados Unidos, donde observaron los beneficios del software de agricultura digital, cuatro de ellas la incorporaron a su regreso a la Argentina de manera inmediata y, así, agregaron mucho valor a su producción.
“Los primeros en adoptarlos fueron productores que ya tenían un modelo ordenado de trabajo”, recuerda.
Defensor de la empresa mixta -ya que a su juicio permite el arraigo de las personas al campo y la posibilidad de “estar en la cancha todo el día”-, Pérez desarrolla su labor de asesoramiento en una región donde ese perfil mixto marca diferencia.
“Hay empresas que combinan agricultura con lechería y producción de carne en suelos de baja aptitud y el resto hace agricultura con maquinaria propia. Algunas hasta tienen modelos de agregado de valor vertical, como por ejemplo transporte propio”, destaca.
A partir de la incorporación de la plataforma de tecnología agrícola de FieldView, la disponibilidad de la información digital en tiempo y forma tuvo un giro de 180 grados en la gestión de las empresas.
“Había empresas que desde hace tiempo tenían monitores y mapas de rendimiento, pero era tedioso generar información porque demandaba mucho tiempo y su utilización era complicada”, describe.
Pero agrega que, con FieldView, “se simplificó la tarea, ya que permite observar la información y ambientar. Es por ello que el productor terminó de adoptar la tecnología agrícola: por la facilidad de uso y por la generación de conocimiento que permite, que antes no existía”.
Si bien el perfil del productor que utiliza herramientas digitales en su zona de influencia es “agrícola puro” (con una escala por encima de las 5.000 hectáreas entre propias y alquiladas y maquinaria agrícola propia), también hay ejemplos en explotaciones mixtas, en las que el mapa de rendimiento y las imágenes satelitales se utilizan para el presupuesto forrajero.
En la práctica, el uso de la herramienta de agricultura digital de Bayer les ha permitido a productores llevar la toma de decisiones a ambientes cada vez más precisos.
Pérez comenta que años atrás, en campos de 50 hectáreas en el centro de Santa Fe, no se hacían prescripciones, porque se argumentaba que no generaban valor y que tampoco era necesario.
“Hoy se están ambientando lotes de 30 hectáreas con gran facilidad: lo que antes llevaba todo un mes de trabajo hoy se hace en horas. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con la generación de mapas de rendimiento para descompactar suelos o el uso de fertilizaciones variables”, ejemplificó.
El servicio de la plataforma de tecnología agrícola –valora Pérez– dio la posibilidad de procesar gran cantidad de datos que estaban disponibles pero no se usaban, y aplicarlos efectivamente a los lotes. “Hoy todo se ha simplificado y se pueden fertilizar los trigos de manera variable, con franja de suficiencia. Todo en pos de mejorar los rendimientos”, afirma.
“Los productores están en el detalle de los lotes. Pueden ver el campo desde la app de agricultura digital en el teléfono y monitorear lo que sucede en lotes que tienen en Santa Fe, Santiago del Estero y Entre Ríos”, se entusiasma.
Si bien el productor intenta hacer el manejo productivo de la mejor manera posible, las herramientas de agricultura digital le permitieron eficientizar esas prácticas y conocer mejor los ambientes en los que trabaja.
“Estas herramientas AgTech generan más capas de conocimiento, que se suman a las que ya tenía el productor, y hacen que haya cada vez más información disponible de cada hectárea, lo cual es realmente muy importante”, indica Pérez.
La contribución de la agricultura digital a las Buenas Prácticas Agrícolas también es decisiva. “En Santa Fe hacemos aplicaciones selectivas que permiten ahorrar 80% de herbicidas respecto a las convencionales”, compara.
Con tres campañas de datos aportados por la tecnología agrícola de FieldView sobre los cultivos de las empresas que asesora, las diferencias entre el uso de dosis variable y manejo convencional ya son notorias, dice Pérez.
“Al principio fueron chicas pero ahora ya son más grandes, en especial en maíz, por el manejo de la densidad y por el aporte de nitrógeno más eficiente, que permite potenciar el uso de nutrientes. Junto al genotipo, son factores que permiten que la tecnología agrícola exprese todo su potencial”, precisa.
Pérez dice que una de sus funciones profesionales, como asesor técnico, es la de generar respuestas y soluciones ante determinados problemas. Como parte de esas respuestas está también la docencia, para que cada vez más cantidad de productores puedan incorporar un software de gestión agrícola y usar herramientas digitales.
“De 10 productores que viajaron a Estados Unidos, ya casi todos tienen FieldView o están en camino de hacerlo”, dice, cortito y al pie. Y, hacia adelante, no tiene dudas: afirma que la adopción de la tecnología agrícola va a seguir creciendo.