Carlos Ferrero es un experto y trabaja desde la localidad de Quemú Quemú para varios distribuidores de Bayer. Ayuda a los productores a aprovechar todas las ventajas de FieldView.
Con radio de acción en el oeste bonaerense y este pampeano, la firma Cereales Quemú viene apostando fuerte en la difusión de las herramientas de FieldView, la plataforma de agricultura digital de Bayer. Y en ello tiene que ver un verdadero especialista: el ingeniero agrónomo Carlos Ferrero, con quien vale la pena repasar la experiencia que están desarrollando en la digitalización de la producción en esa zona del país.
“La región en la que trabajamos tiene mucha variabilidad, derivada, por un lado, de la altimetría del este pampeano, que cuenta con suelos ondulados, y, por otro, de la profundidad del suelo más hacia el oeste, en lo que llamamos planicie arenosa, pero que tiene tosca”, explica.
“En esos ambientes la agricultura variable viene muy bien para lograr un manejo ajustado y productivo”, explica el ingeniero.
Ferrero es un reconocido asesor que se desempeña al frente de la flamante gerencia de agricultura digital de Cereales Quemú, con base justamente en la localidad de Quemú Quemú.
Ferrero conoce muy bien la zona, ya que, además de ser asesor, se desempeñó en la gestión pública como director de Agricultura en el Ministerio de Producción de la Provincia de La Pampa.
Como distribuidor de Bayer en la región, Cereales Quemú tiene como socios a otras empresas agrícolas de la zona, entre las que se cuentan Dekalden, Cyagro y Fullagro.
Pero Ferrero tiene su base en Quemú Quemú, despliega su actividad en la línea de la ruta provincial Nº 1, y extiende sus servicios hacia General Alvear, General Pico, Miguel Cané, Catriló, Uriburu y Anguil. Maíz y soja están entre los cultivos predominantes en el área, pero también se agrega el girasol, y como cultivo de invierno el trigo tiene una fuerte presencia.
En ese escenario, Ferrero explica la idea que está detrás de que él dirija la gerencia de agricultura digital de Cereales Quemú.
“Nuestro objetivo es colaborar con los clientes para que aprovechen todo el potencial de las herramientas de FieldView, como las prescripciones, el mapeo de cosecha y todo el asesoramiento que puede permitirle al productor realizar una siembra variable y recolectar información de su lote para las distintas decisiones y tareas que tiene que tomar y realizar en el futuro”, afirma.
En razón de la variabilidad de los suelos en la zona, tanto por profundidad en la planicie arenosa con tosca del oeste (algunos la tienen apenas a 40 centímetros), como en la altimetría con suelos muy ondulados hacia el este, las labores con herramientas de agricultura variable se imponen solas, por sus clarísimos resultados.
“En los ambientes más al este tenemos suelos muy ondulados, con mucha pendiente y lomas con 80% de arena, pero al mismo tiempo hay bajos que tienen un muy buen potencial de rendimiento”, explica.
Y destaca que, por esas condiciones, “tanto en una zona como en la otra, la agricultura variable tiene muy buena respuesta, no solo por el ahorro de insumos, sino, sobre todo, por ubicarlos en el lugar correcto”.
Tecnología agrícola y experimentación
“En esta campaña hicimos varios análisis, con muestreos dirigidos de suelos: detectamos que en la loma hay muy buena cantidad de fósforo y en los bajos muy poco. Entonces, arrancamos haciendo una fertilización bien diferenciada, poniendo mayor dosis en los bajos”, explicó Ferrero.
Cereales Quemú cuenta con un archivo importante de información digitalizada, a partir de realizar mapas de rendimiento desde hace años.
“Con la incorporación de FieldView y el aporte de imágenes satelitales de una forma muy ágil y rápida, pudimos contar con datos de la rotación de cultivos de los últimos cuatro años”, relató el asesor.
“Así pudimos avanzar con el diseño de la ambientación: el sistema es muy práctico y nos sirve para poder chequear la información que tenemos nosotros (gracias a los mapas de rendimiento) y ajustar mejor los usos de cada uno de los lotes”, indicó Ferrero.
Justamente, un gran aporte que hacen desde la gerencia de Ferrero es llevar adelante la gestión de la plataforma de tecnología agrícola en conjunto con los clientes. “Es un proceso de desarrollo en el que estamos arrancando: tratamos de brindarle el asesoramiento a los productores más ávidos por la tecnología, para que puedan moverse por sí mismos. Mientras tanto, los ayudamos”, dice.
“La idea es apoyarlos en ese camino que empiezan a transitar con la agricultura digital: tratar de resolverles la mayor cantidad de problemas y que no se desalienten ante una dificultad porque no tienen el soporte suficiente”, explica.
Resultados auspiciosos
En esa línea, ya tienen resultados contundentes de la utilización de Prescripciones de Semillas FieldView.
“Estamos cosechando los primeros lotes de girasol, que sembramos con densidad variable. En lomas en las que, con densidades fijas, lográbamos entre 700 y 800 kilos por hectárea, hoy estamos sacando en el orden de los 1.400 kilos, la cual es bastante bueno para una loma arenosa”, precisa.
“En los bajos pusimos buena cantidad de fertilizante y, con una densidad de 65.000 semillas, el potencial está llegando a los 3.900 kilos”, se alegra. Por eso, sostiene que “estos son los primeros resultados que estamos obteniendo y resultan muy interesantes”.
En el caso del maíz, la mayor parte de la campaña se llevó a cabo con siembra y fertilización variable, tanto nitrogenada como fosforada.
“Las máquinas que tiene la empresa permiten variar densidades. Los lotes sembrados más temprano todavía no han sido cosechados y, si bien la sequía apretó un poco, el efecto de la variación de la densidad ha hecho que no se manifieste en el manchoneo de los lotes. A primera vista la respuesta es muy buena”, detalló el asesor.
El monitoreo con imágenes satelitales de FieldView permitió, por otra parte, identificar algunas fallas en las pulverizaciones y también en la siembra, en particular en lotes grandes, que no se pueden monitorear completos de otro modo. “Empezamos a ver algunas cosas en las imágenes que nos ayudan a identificar dónde puede haber un problema e ir directamente a investigar qué pasó”, dice Ferrero.
Para el ingeniero, la disponibilidad de maquinaria agrícola es un cuello de botella que limita la adopción de la agricultura variable en la región. “Los contratistas se están equipando, pero es un proceso que se ha visto un poco más lento en comparación con lo que es la generación de información”, dice.
“La mayoría de las cosechadoras cuentan con monitores para realizar mapas de rendimiento y muchos tractores tienen piloto automático con señal corregida y se pueden hacer mapas de altimetría muy buenos. Pero la generación de información va desfasada con la posibilidad de poder aplicar a full en los lotes toda las estrategias que surgen de esa información”, reconoce el asesor. Y ese es, justamente, uno de los puntos en los que está convencido de que pueden ayudar desde Cereales Quemú.
Como otra vía para potenciar el aprovechamiento de las herramientas de agricultura digital, la firma también realizó algunas prescripciones para el control de manchones de malezas.
“Hubo escapes de rama negra en lotes que venían de trigo; había manchones muy marcados e hicimos prescripciones de aplicación de herbicidas en forma diferenciada, lo que nos dio muy buenos resultados”, explicó Ferrero.
El especialista contó que otra práctica que utilizan, para la caracterización de los ambientes, consiste en el estudio de profundidad de suelos. “Utilizamos un calador hidráulico, se hace un mapa de profundidad del suelo y en función de ese mapa se definen los distintos ambientes y el potencial que tiene cada uno de ellos”, mencionó.
Desde este distribuidor de Bayer destacan también la posibilidad que existe de compartir la cuenta con quien quieran. A través de FieldView Plus, ellos lo hacen con clientes, para que vean el potencial que tiene la herramienta, hasta que se conviertan ellos mismos en usuarios.
“Como en todo proceso, siempre hay algunos que hacen punta y después se incorpora el resto”, observa Ferrero.
“Pero está claro que quienes decidieron arrancar ya están comprometidos con la herramienta, la usan y están conformes, lo cual es muy bueno, porque ellos mismos se convierten luego en transmisores de su experiencia y van sumando al resto”, relata.
Así, con la agricultura digital, el famoso Oeste es cada vez menos lejano. Por el contrario, lo ubica cada vez más cerca de la eficiencia, la precisión y la sustentabilidad.