La tecnología de precisión ayuda al monitoreo de plagas y enfermedades. Conocé cómo las herramientas digitales identifican y ayudan a controlarlas.
Con pronósticos de un año Niño, en el que se aguardan lluvias con registros normales para toda el área de producción, el monitoreo de plagas y enfermedades en el cultivo de trigo deberá comenzar de manera anticipada.
En inviernos con temperaturas promedio por encima de los registros normales, enfermedades como la roya anaranjada y roya del tallo podrían encontrar un contexto climático favorable para su presencia.
“Si bien suelen ser enfermedades más de fin de ciclo, las condiciones ambientales actuales podrían hacer que se presenten de manera temprana”, anticipa Ignacio Erreguerena, fitopatólogo de la estación experimental del Inta en Manfredi, en Córdoba.
Precisión, una aliada del monitoreo de plagas y enfermedades
A eso hay que agregar que la roya amarilla, cuya presencia en el cultivo se desarrolla tanto con temperaturas frescas como más cálidas, también podría comenzar a observarse en los lotes desde estadios tempranos hasta el final del ciclo.
En el caso de las manchas, como la amarilla que es la más prevalente en el cultivo, también habrá que estar atento con el monitoreo agrícola.
“En líneas generales se presenta con mayor intensidad en aquellos lotes donde la rotación del cereal es más baja (trigo sobre trigo), donde en el rastrojo se encuentra el inóculo esperando al nuevo cultivo”, agrega el especialista.
En lo que se refiere a insectos, en la región pampeana el cultivo de trigo es afectado fundamentalmente por el gusano blanco, pulgones y orugas y chinches.
Según los especialistas, cada uno de ellos provoca daño en diferentes etapas fenológicas del trigo y su impacto dependerá de los niveles de población que desarrollen.
Con las enfermedades sucede algo similar. Si bien el escenario varía según las regiones –”ya que a más lluvias, más enfermedades”, sostiene Erreguerena–, en zonas donde la oferta de agua suele ser más baja en el invierno también hay que estar atentos.
Si la humedad del ambiente es alta, en especial por la mañana (mojado de hoja), es suficiente para la aparición de enfermedades e insectos.
Erreguerena admite que ya hay registros de presencia de mancha amarilla en la actual campaña en estadios muy tempranos (inicio y pleno macollaje) sobre todo en lotes de trigo sobre trigo, condición predisponente antes mencionada.
“También hay registros de roya anaranjada que, por lo general y por las condiciones que necesita este patógeno, empieza a mediados del ciclo de cultivo y en la actual campaña está apareciendo muy temprano”, observa Erreguerena.
Ante la necesidad de un monitoreo de plagas y enfermedades tempranas, la agricultura digital –ecosistema en el que está FieldView– puede ser un aliado, no sólo para cuantificar e identificar su presencia, sino también para la toma de decisiones, de ser necesarias.
“Los drones se han convertido en herramientas que van en pos de facilitar esa tarea. Aunque en desarrollo, su implementación permitirá hacer un monitoreo o fenotipado de alto caudal; es decir, abarcar más área de monitoreo en comparación con métodos tradicionales”, compara.
El uso de esta tecnología es amplio, como en ecofisiología de cultivos o en otras plagas del maíz y del trigo: permite abarcar áreas más grandes de evaluación, complementarias al método tradicional que es el ojo humano.
Sin embargo, el uso de estas herramientas varía mucho con el tipo de enfermedad.
“Es que hay patógenos, como los del suelo, que son más contrastantes (pérdidas de planta entera) y más fáciles de detectar con herramientas digitales, como puede ser un dron con cámaras multiespectrales”, indica Erreguerena.
Monitoreo de plagas y enfermedades con agricultura digital
En el caso de enfermedades foliares, la detección puede ser más difícil. “Hay avances con la construcción de índices, a partir de los datos que toman los drones y las cámaras multiespectrales, que remiten a la presencia de enfermedades”, precisa el fitopatólogo del Inta Manfredi.
En la interpretación de la información que suministran las herramientas digitales, la Inteligencia artificial también da una mano.
Erreguerena afirma que se están poniendo a punto y/o desarrollando a nivel mundial algunos modelos con esa tecnología que permite identificar una roya amarilla, anaranjada, mancha amarilla o septoria.
“Es un poco más difícil poder dirimir entre una enfermedad y otra con estas tecnologías al momento, pero hay muchos avances”, reconoce el especialista.
Hay aplicaciones que ya permiten trabajar con datos y a partir de la identificación de la enfermedad se pueden tomar decisiones de control.
Estás tecnologías también aportarían la evaluación e identificación (fenotipado) de variedades resistentes, tolerantes o susceptibles a las diversas enfermedades en redes de mejoramiento.
En la actualidad los drones y otros sistemas de reconocimiento digital están siendo utilizados para realizar fumigaciones dirigidas, por ejemplo en el control de malezas.
De desarrollarse e implementarse esta tecnología para enfermedades e insectos será un gran avance sobre todo en el aumento de la eficiencia del uso de fungicidas.
"Apunta a la sostenibilidad ambiental, reduciendo el número de aplicaciones basadas en detecciones tempranas de las enfermedades”, observa.
La detección temprana de focos infectivos, a partir de imágenes de producción por lotes, permitirá realizar aplicaciones dirigidas por ambientes.
El desafío a futuro es que las herramientas de agricultura digital permitan no sólo cuantificar sino identificar las enfermedades con mayor precisión y asistir al manejo sanitario del cultivo. “Hay varios trabajos que dan un buen augurio”, proyecta Erreguerena.
Para ello, el monitoreo de plagas y enfermedades seguirá siendo estratégico. ©