FieldView permite analizar qué son los híbridos en cada situación: cuánto rinden, en qué ambiente, con qué manejo. Leé este interesante caso de Entre Ríos.
El crecimiento que ha mostrado en las últimas siete campañas el área sembrada con maíz en la Argentina se fundamenta, en buena medida, en la respuesta a una pregunta: qué son los híbridos en cada situación, cuáles son los que mejor se adaptan a cada zona. Las respuestas son cada vez más precisas, gracias a la agricultura digital.
La llegada, para quedarse, de las herramientas de agricultura digital y de tecnología de precisión han permitido que las evaluaciones del maíz a campo sean cada vez más sencillas y le permitan a los productores ajustar el manejo agronómico con información adaptada a cada uno de los lotes.
En el sur de la provincia de Entre Ríos, la empresa Tres Robles es distribuidora de Bayer. Desde Valle María, en el departamento Diamante, viene haciendo ensayos, hace más de una década, con híbridos Dekalb, especialmente elegidos para la zona.
“Más allá de las coyunturas, el maíz ha ganado presencia en la rotación, al tiempo que hoy se reparte en partes iguales con la soja. Por eso el productor demuestra mucho interés en evaluar cuáles son los mejores materiales”, asegura Walter Grauberg, asesor agronómico del distribuidor.
A diferencia de otras evaluaciones de rendimiento de híbridos, los ensayos de Tres Robles se hacen en los propios lotes de los productores. Y la agricultura digital, con FieldView a la cabeza, facilita mucho esa tarea, permitiendo recolectar datos de suma relevancia.
¿Qué son los híbridos hoy?: los ensayos a medida
“Hay muy buena receptividad a probar materiales bajo esta modalidad, porque es una forma de evaluar su comportamiento en el campo en el que efectivamente se van a sembrar”, explica el asesor.
En los últimos años, la decisión de utilizar FieldView para llevar a cabo los ensayos significó un antes y un después en la obtención y evaluación de los resultados.
“Su uso nos ha permitido mejorar importantes cuestiones operativas, en especial en la cosecha, ya que la plataforma identifica a cada uno de los híbridos sin necesidad de hacerlo con estacas, como antes, y transfiere la información de manera inmediata”, indica Grausberg.
El uso de este software para agricultura en los ensayos comienza con la ambientación misma del lote, para luego llevar a cabo una prescripción de siembra.
“En esa ambientación, que por lo general marca muchas zonas, lo que hacemos es trabajar siempre con tres: una mala, otra regular y la buena, marcadas con los colores rojo, amarillo y verde”, sostiene Grausberg.
Una vez georeferenciadas las zonas, en una posterior recorrida por el lote se toman muestras del suelo en cada uno de los tres ambientes, para analizar materia orgánica y la disponibilidad de nutrientes. El posicionamiento también se registra en FieldView.
Con esta información se hace un diagnóstico de fertilizantes. “Así determinamos que en la zona roja, por ejemplo, debemos poner determinada cantidad de fertilizante y de semillas para apuntar a un determinado rendimiento”, detalla el asesor técnico.
El procedimiento se repite en cada zona. Luego, la prescripción que hace FieldView se transfiere al monitor de la sembradora, para llevar a cabo la tarea y tener así un mapa de ambiente e híbrido.
¿Qué son los híbridos? Si hablamos desde el punto de vista del desarrollo, un híbrido se obtiene cuando una planta de maíz fecunda a otra genéticamente no relacionada con la primera, para obtener una semilla híbrida.
Pero en la práctica, a campo, hoy los híbridos son parte de la maquinaria que permite generar altos rendimientos en maíz, a la cual hay que sumar también la agricultura digital.
En este sentido, la llegada de FieldView permitió facilitar mucho la realización de ensayos, para llevar a los híbridos cada vez más cerca de su potencial.
Antes se evaluaban híbridos con dosis fijas (semillas y nutrientes), pero ahora es más fácil cambiar ambientes, densidades, fertilización, fechas de siembra y muchas otras variables, para determinar cómo se expresa cada una.
En uno de los ensayos que llevan adelante, Grausberg cuenta que prueban con “una franja con una densidad fija de 59.000 semillas por hectárea, más 200 kilos de urea a la siembra”, indicó.
Al lado de esa franja está la prescripción determinada por FieldView, que servirá para comparar.
Determinando los mejores ambientes
“A continuación va una franja con prescripción de dosis variable por ambiente: en el caso de la zona de menor potencial va con una densidad de 63.500 semillas por hectárea y en la de mayor potencial con 73.000 semillas por hectárea, con un suministro de urea que va desde 180 a 240 kilos por hectárea, en función del ambiente. La misma secuencia se hace con todos los hìbridos”, precisa el asesor.
La siembra se realiza con una sembradora a 52 centímetros de distancia entre surcos, que aporta el nutriente (como arrancador) a 26 centímetros.
Grauberg es claro a la hora de destacar las ventajas de este modelo de ensayos con la plataforma digital. “No sólo permite evaluar híbridos entre sí, sino también el valor de las tecnologías, con la respuesta en el rendimiento”, dice.
A la hora de dimensionar los beneficios que tienen estas evaluaciones a campo, asegura que la información para un mejor manejo puede aportar hasta 10% más de rendimiento, de acuerdo con cómo la utilice cada una de las empresas agrícolas.
Para la nueva campaña ya están trabajando en una red de cinco productores, que tendrán ensayos que arrancan en septiembre en la zona: incluirán a DK 72-10 y DK 72-20, que son históricos “caballitos de batalla en la zona” (como los define), ya que suelen suelen tener una gran performance.
¿Qué son los híbridos hoy, entonces? Los ensayos ayudan a determinar el potencial de cada uno en cada ambiente. Para este año, los de Tres Robles incluirán en la lista a DK 69-62 (de ciclo corto y que ha generado mucho interés en la zona), DK 72-70, DK 72-72 y DK 73-03. Gracias a la agricultura digital, los ensayos ayudarán a determinar cuál es el híbrido mejor posicionado para cada necesidad. ©